Salvador García Soto
Detrás de las acusaciones contra Cabeza de Vaca hay un cálculo político de Palacio Nacional y de la propia FGR
La apuesta política del gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, para librar las acusaciones de la Fiscalía General de la República, no se logró del todo luego de que sus compañeros gobernadores de la Alianza Federalista no aceptaron darle un respaldo total e incondicional ante los señalamientos de delincuencia organizada, lavado de dinero y defraudación fiscal equiparada que le formuló el Ministerio Público Federal. Tras la reunión de ayer en Monterrey, los 10 gobernadores opositores al régimen de Andrés Manuel López Obrador evitaron de manera evidente hacer un pronunciamiento de respaldo al mandatario panista de Tamaulipas y centraron sus declaraciones en el tema de la atención de la pandemia y los esfuerzos de sus estados para enfrentar la emergencia sanitaria, sin abordar como grupo las acusaciones en contra de uno de sus integrantes y promotores principales.
El esfuerzo que hicieron los mandatarios aliancistas por no aparecer como defensores del mandatario tamaulipeco y más bien deslindarse de los señalamientos judiciales del gobernador tamaulipeco fue notorio, sobre todo cuando al finalizar la reunión algunos de los principales protagonistas de esta Alianza de mandatarios opositores, como el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, hicieron todo lo posible por aclarar públicamente que no estaban a favor del intento que hizo García Cabeza de Vaca por convertir la reunión plural de los estados, en un foro de defensa de Cabeza de Vaca y las denuncias que enfrenta por parte de la Fiscalía General de la República. “Los señalamientos y el tono usado para hablar de otros asuntos no acordados, como la situación que atraviesa el gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, son posturas personales que no forman parte de la agenda consensuada entre todos”, precisó ayer el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, en un claro deslinde y desmarque de los pronunciamientos que se hicieron sin consultarlo en la reunión de los aliancistas de ayer en la capital de Nuevo León.
“Cada quien debe asumir la responsabilidad de lo que declara públicamente. En lo personal, creo que el manejo de este asunto ha sido lamentable y genera la percepción de un uso selectivo de la justicia. Sobre el tema solo tengo la información que he visto en medios de comunicación”, dijo Alfaro, quien de esa manera pintó su raya de los discursos y mensajes que ayer trataron de convertir la reunión de la Alianza Federalista en un evento de apoyo al mandatario de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, luego de que la SEIDO y la FGR solicitaran su desafuero ante la Cámara de Diputados.
Más allá de los dirigentes panistas, tanto del partido como de algunos estados de la República, el gobernador tamaulipeco se fue quedando solo en las acusaciones por delitos graves que la FGR le está formulando y ante la que aún tendrá que deliberar la Comisión Instructora y el pleno de la Cámara. De los 10 gobernadores aliancistas, cuatro del PAN, uno de MC, uno del PRD, 3 priistas y un apartidista, no hubo representantes ni líderes de otros partidos que salieran a dar la cara y a defender al mandatario panista ante la persecución y las acusaciones de la FGR.
El fracaso de ayer de Cabeza de Vaca, que apostó a convertir la reunión de los gobernadores aliancistas en un foro de defensa de su persona, es una referencia de lo que puede ser el futuro político inmediato del gobernador de Tamaulipas. Más allá del debate jurídico, político y mediático que ha desatado su caso, la realidad es que en medio de las interpretaciones del artículo 110 constitucional, lo cierto es que en la solicitud de juicio de procedencia que presentó al Ministerio Público Federal y la FGR ante la Mesa Directiva de San Lázaro, apunta a que será aprobada por la mayoría de Morena y que a partir de eso la Fiscalía podría proceder en contra del mandatario, más allá de lo que indique la Constitución local de Tamaulipas.
Es decir, que contra la opinión de un sector de juristas y especialistas en derecho, que cree que aún aprobado el desafuero por parte de la mayoría de San Lázaro, no podría procederse en contra de Cabeza de Vaca porque se requeriría que el Congreso local, con sus dos terceras partes, y el Tribunal de Justicia del Estado avalen la procedencia y la eliminación del fuero contra el gobernador, hay otra interpretación que dice que por tratarse de 3 delitos federales, además graves, la sola declaración de procedencia de San Lázaro y su mayoría, basta que la FGR pueda procederse contra el gobernador de Tamaulipas, sin importar lo que diga la Constitución de Tamulipas, porque se trata de delitos federales y no locales, por lo que la mayoría legislativa y la declaración del juicio de procedencia bastarían para que el gobernador panista quedara a disposición de las autoridades de la Fiscalía General de la República.
Así que, aunque está claro que detrás de estas acusaciones contra Cabeza de Vaca hay un cálculo político de Palacio Nacional y de la propia FGR que actúa como su fiel escudera, lo cierto es que el gobernador de Tamaulipas tendrá que defenderse y tratar de demostrar su inocencia, antes de que sea demasiado tarde no sólo para él, sino para su mismo partido que claramente se verá afectado por los señalamientos en contra del gobernador. Ayer se publicaban encuestas estatales de intención del voto en Tamaulipas, de cara a los próximos comicios del 6 de junio, y los resultados hablaban de hasta 12 puntos menos para el PAN en las preferencias e intención del voto. De ese tamaño ha sido el golpe en contra de Cabeza de Vaca, que aunque apostó por una estrategia de victimización y persecución política, no puede hasta ahora evitar el desgaste por tan graves señalamientos de la FGR.
Veremos qué tanto le funciona a Cabeza de Vaca su estrategia de declararse perseguido político y tratar de construir la imagen de un opositor político en contra del régimen, para minimizar la imagen de un gobernador investigado y acusado por delitos financieros graves cometidos en confabulación con su familia, hermanos, esposa y yerno, para tratar de simular un presunto desvío de recursos públicos y el lavado de dinero de orígenes “no declarados”.
Por ahora, lejos de estar convirtiéndose en un símbolo para la oposición, incluida la panista, parece que Cabeza de Vaca se va quedando solo y que tendrá que recurrir a algo más que discursos de victimización y descalificación de los señalamientos en su contra, para tratar de prepararse una auténtica defensa de carácter personal, porque está claro que, si decidieron lanzar una acusación tan grave en contra de un gobernador en funciones, además del partido principal de la oposición, algo sólido debe tener la FGR para evitar que la señalen como el brazo político y justiciero de la 4T…. Los dados mandan Serpiente doble, semana difícil.